Espectáculo, color, melenas al viento y cuerpos irreales, para
variar. El sacrificio previo a un desfile de este tipo no hace falta que
os lo recuerde. A pesar de que la firma quiera esconder que antes de
sacar a sus angelitos las somete a un entrenamiento al más puro
estilo marine y las tiene siguiendo una dieta draconiana (algunas
alimentadas a base de líquidos 15 días antes y otras sin probar ni agua
12 horas antes para evitar cualquier retención) que es evidente cuando
nos fijamos en las imágenes. Yo díría cuando es una mujer la que se fija
en las imágenes. Pueden seguir vendiéndonos humo e intentando cambiar
el ideal de belleza hacia unos parámetros más reales pero, señoritas,
esto es lo que hay.
Para que en estas maravillosas imágenes veamos estos esculpidos y
escuálidos cuerpos sin gramo de grasa aparente (se salvan muy pocas),
imaginad si las tuvieráis delante, los angelitos tienen que pasar por un
auténtico calvario en los días previos.
Así que el show de Victoria’s Secret sirve para
que hoy miles de mujeres se depriman e inicien una dieta y miles de
hombres babeen ante lo incomprensible de la irrealidad y compren a sus
mujeres un conjuntito de lencería en un intento de ver cumplidas sus
fantasías sexuales más primarias.